Creemos que el evangelio debe ser el centro de nuestra vida cristiana, y que la iglesia local es el lugar donde crecemos y somos capacitados para poder vivir genuinamente el evangelio y proclamarlo al mundo.
Cada reunión es un recordatorio constante del amor que hemos recibido en Jesús. Buscamos como familia de la fe hacer crecer ese amor y vivirlo en nuestras relaciones personales.